Que importancia tiene los videojuegos en la economía

Los videojuegos representan el sector de la Economía Naranja con mayor crecimiento inclusive para América Latina superando las ganancias proyectadas para la industria del cine y la música en su conjunto. En el 2020, según las cifras de newzoo a nivel global, esta industria registró ganancias de $159.3 miles de millones. Una de las mayores áreas de crecimiento se encontró en América Latina y APAC, con un crecimiento del 10,3% y un 9,9%, respectivamente, en comparación con las cifras de ingresos de 2019.

Además de generar millones de dólares en el mundo, la industria de los videojuegos es responsable de la generación de 220.000 empleos repercutiendo directamente e indirectamente en más oportunidades laborales para programadores, artistas de animaciones 2D y 3D, e ingenieros en sonido, entre otros.

Este sector también trasciende en otras profesiones creativas como: música, escritura, ilustración y producción. Un ejemplo notable es el de Estados Unidos donde desde 2015 seregistra un crecimiento exponencial de empleos en el rubro de la composición musical, lo que se relaciona con el lanzamiento de la App Store de Apple y del sistema de desarrollo de aplicaciones de Facebook, que abrió un espacio para decenas de miles de desarrolladores de juegos de todos los tamaños y multiplicó la demanda de compositores de música para videojuegos en ese país.

A pesar de la disrupción económica causada por el coronavirus, que tuvo un impacto negativo en todos los sectores creativos, la industria del sector audiovisual, en particular los videojuegos, fue una de las menos afectadas a nivel global; e inclusive durante la pandemia (incluyendo los esfuerzos combinados de hardware y software) representó un crecimiento interanual del 428%. En Asia Pacífico y América Latina, donde la cuarentena fue más estricta, el mercado de los videojuegos tuvo un crecimiento de más del 40% en sus ventas.

El Covid-19 llegó para poner en evidencia la versatilidad de los videojuegos, ya que hoy en día nos abrieron un espacio nuevo para estudiar, viajar y socializar. Sin embargo, a pesar de su crecimiento, todavía se conoce poco de los talentos que los desarrollan y, más aún, aquellos enfocados en el sector que combina la educación y el entretenimiento “edutaiment”. A pesar de que muchos países ya han apostado los videojuegos en su currículum educativo, la región tiene un desafío enorme, ya que necesita enseñar lo que ya otros países enseñan mejor y sumar nuevas habilidades, como las digitales y las socioemocionales, para que sus estudiantes adquieran las herramientas necesarias para la vida.

Por este motivo, el BID, a través del Desafío PLAY, se dio a la tarea de usar la innovación abierta para buscar soluciones de videojuegos educativos, plataformas y productos digitales que usen la gamificación para desarrollar, medir o certificar las habilidades del Siglo 21.




Los videojuegos representan el sector de la Economía Naranja con mayor crecimiento inclusive para América Latina superando las ganancias proyectadas para la industria del cine y la música en su conjunto. En el 2020, según las cifras de newzoo a nivel global, esta industria registró ganancias de $159.3 miles de millones. Una de las mayores áreas de crecimiento se encontró en América Latina y APAC, con un crecimiento del 10,3% y un 9,9%, respectivamente, en comparación con las cifras de ingresos de 2019.

Además de generar millones de dólares en el mundo, la industria de los videojuegos es responsable de la generación de 220.000 empleos repercutiendo directamente e indirectamente en más oportunidades laborales para programadores, artistas de animaciones 2D y 3D, e ingenieros en sonido, entre otros.

Este sector también trasciende en otras profesiones creativas como: música, escritura, ilustración y producción. Un ejemplo notable es el de Estados Unidos donde desde 2015 seregistra un crecimiento exponencial de empleos en el rubro de la composición musical, lo que se relaciona con el lanzamiento de la App Store de Apple y del sistema de desarrollo de aplicaciones de Facebook, que abrió un espacio para decenas de miles de desarrolladores de juegos de todos los tamaños y multiplicó la demanda de compositores de música para videojuegos en ese país.

A pesar de la disrupción económica causada por el coronavirus, que tuvo un impacto negativo en todos los sectores creativos, la industria del sector audiovisual, en particular los videojuegos, fue una de las menos afectadas a nivel global; e inclusive durante la pandemia (incluyendo los esfuerzos combinados de hardware y software) representó un crecimiento interanual del 428%. En Asia Pacífico y América Latina, donde la cuarentena fue más estricta, el mercado de los videojuegos tuvo un crecimiento de más del 40% en sus ventas.

El Covid-19 llegó para poner en evidencia la versatilidad de los videojuegos, ya que hoy en día nos abrieron un espacio nuevo para estudiar, viajar y socializar. Sin embargo, a pesar de su crecimiento, todavía se conoce poco de los talentos que los desarrollan y, más aún, aquellos enfocados en el sector que combina la educación y el entretenimiento “edutaiment”. A pesar de que muchos países ya han apostado los videojuegos en su currículum educativo, la región tiene un desafío enorme, ya que necesita enseñar lo que ya otros países enseñan mejor y sumar nuevas habilidades, como las digitales y las socioemocionales, para que sus estudiantes adquieran las herramientas necesarias para la vida.

Por este motivo, el BID, a través del Desafío PLAY, se dio a la tarea de usar la innovación abierta para buscar soluciones de videojuegos educativos, plataformas y productos digitales que usen la gamificación para desarrollar, medir o certificar las habilidades del Siglo 21




 




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